
Un estudio acuñó el término “otrovertido” para describir a quienes no se sienten parte de los grupos, pero construyen vínculos profundos a nivel individual.
En el universo de la psicología, aparece un nuevo concepto que desafía las clásicas categorías de introvertido y extrovertido. Se trata de los “otrovertidos”, personas que disfrutan de las relaciones cercanas pero no logran identificarse con ningún grupo social.
Según el Dr. Kaminski, “un otrovertido no siente pertenencia a ningún colectivo, aunque es sociable y puede formar lazos muy profundos. La diferencia está en que no comparten tradiciones ni símbolos grupales”.
En un evento social, es común encontrarlos conversando a solas con alguien o dedicados a proyectos independientes, sin el deseo de integrarse plenamente. Esta desconexión, lejos de implicar retraimiento o frialdad, suele potenciar su creatividad y darles libertad para pensar de manera original.
Entre los ejemplos más conocidos se mencionan a Albert Einstein, Frida Kahlo y Franz Kafka, personalidades que rompieron moldes y dejaron huella con su mirada única del mundo. Para los otrovertidos, la ansiedad social de los introvertidos o el magnetismo de las multitudes que seduce a los extrovertidos no representan un dilema. Su fortaleza está en el equilibrio entre la independencia y la capacidad de crear lazos auténticos, sin necesidad de adherir a una identidad colectiva.