El Gobierno investiga a ciudadanos rusos y argentinos por presunto espionaje vinculado a intereses geopolíticos de Moscú. La SIDE ya identificó a los principales responsables y sus métodos de infiltración.
Una red de espionaje vinculada a Rusia fue detectada operando en territorio argentino, según confirmó este miércoles el vocero presidencial, Manuel Adorni, en una conferencia desde Casa Rosada. La investigación, liderada por la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE), apunta a un grupo de ciudadanos rusos radicados en el país que habrían actuado junto a colaboradores argentinos para impulsar intereses geopolíticos del Kremlin.
Entre los investigados se encuentra Lev Konstantinovich Andriashvili, señalado como el líder de la organización, y su esposa Irina Iakovenko, ambos de nacionalidad rusa y residentes en Argentina. Según detalló Adorni, el matrimonio habría recibido financiamiento directo desde Rusia para operar una célula de influencia política conocida como “La Compañía”, relacionada con el Proyecto Lakhta, iniciativa encabezada por el oligarca Yevgeniy Prigozhin, fallecido en 2023.
“Esta agrupación tiene como objetivo reclutar personas leales a los intereses rusos, desarrollar campañas de desinformación e influir en la opinión pública y organizaciones locales”, explicó Adorni.
¿Cómo operaban los espías?
De acuerdo a la investigación de la SIDE, las actividades de esta red incluían:
- Creación y difusión de contenidos en redes sociales con fines de manipulación informativa.
- Influencia sobre ONG’s, fundaciones y organizaciones civiles locales.
- Realización de focus groups con ciudadanos argentinos para recolectar datos sensibles.
- Obtención de información política estratégica para ser utilizada a favor de Rusia.
Una amenaza a la seguridad nacional
El vocero presidencial fue enfático al remarcar que la Argentina no tolerará injerencias extranjeras:
“Argentina no será sometida a la influencia de ninguna otra nación. La seguridad de los argentinos no es un tema secundario”, advirtió.
Antecedentes
El caso recuerda al de Artiom Dultsev y Anna Dultseva, dos agentes rusos identificados años atrás operando en América Latina bajo identidades falsas.
La investigación sigue en curso y no se descartan nuevas detenciones o medidas judiciales en los próximos días, mientras el Gobierno refuerza sus políticas de seguridad e inteligencia frente a amenazas externas.