Tensión máxima en Medio Oriente: Israel e Irán intercambian ataques por tercer día y ya hay más de 400 muertos

El conflicto escala sin freno: bombardeos, refinerías atacadas, edificios destruidos y advertencias de una guerra más amplia. Las conversaciones nucleares fueron suspendidas.

La guerra entre Israel e Irán atraviesa su tercer día consecutivo de enfrentamientos directos, con un saldo trágico: al menos 406 personas murieron en Irán y más de 650 resultaron heridas, según reportes de una ONG de derechos humanos con sede en Washington. El gobierno iraní aún no ha difundido cifras oficiales.

Los bombardeos israelíes golpearon múltiples objetivos estratégicos en territorio iraní, incluidas refinerías, plantas de gas y sitios vinculados al programa nuclear. En paralelo, misiles iraníes impactaron en varias ciudades de Israel, donde ya se reportan al menos 14 muertos y 390 heridos, además de múltiples daños materiales.

Explosiones y advertencias cruzadas

En Irán, las explosiones sacudieron la capital, Teherán, y zonas cercanas al mediodía y nuevamente por la tarde. Las fuerzas israelíes aseguran haber alcanzado el Ministerio de Defensa y varios sitios militares clave, así como científicos y generales iraníes de alto rango.

Desde Israel, el ejército difundió una advertencia en redes sociales instando a la población iraní a evacuar fábricas de armas, lo que sugiere una intensificación de la ofensiva.

En respuesta, Irán disparó más de 270 misiles contra suelo israelí. Al menos 22 lograron evadir el escudo antimisiles y alcanzaron zonas densamente pobladas, incluyendo Bat Yam, Tamra y Rehovot, donde murieron civiles —entre ellos niños de 9 y 10 años— y hubo decenas de heridos.

Infraestructura estratégica bajo fuego

El cruce de ataques alcanzó también infraestructuras energéticas clave: Israel atacó dos refinerías iraníes y una planta de gas natural en South Pars, mientras que Irán habría apuntado a blancos económicos en territorio israelí. En Haifa, una refinería fue dañada, aunque no se reportaron víctimas.

El Instituto Weizmann de Ciencias, en Rehovot, también fue impactado por misiles, aunque sin consecuencias fatales. El aeropuerto internacional de Israel continúa cerrado y el espacio aéreo restringido por tercer día.

Estados Unidos y la comunidad internacional, en alerta

El expresidente estadounidense Donald Trump expresó su total apoyo a Israel y advirtió a Irán que cualquier represalia contra EE.UU. provocará una respuesta “como nunca antes vista”. Sin embargo, también afirmó en redes sociales que cree posible alcanzar un acuerdo para detener el conflicto.

Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Abbas Araghchi, advirtió que las respuestas iraníes cesarán si lo hacen los ataques israelíes, pero responsabilizó a EE.UU. como “socio en los bombardeos”.

China y otros actores internacionales pidieron frenar la escalada, calificando el ataque a sitios nucleares como un “precedente peligroso”.

Sitios nucleares: el nuevo frente caliente

Las imágenes satelitales analizadas por la agencia AP muestran daños graves en la planta nuclear de Natanz. Según el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), al menos cuatro edificios clave fueron destruidos en Natanz e Isfahan, aunque no se detectaron niveles peligrosos de radiación.

El gobierno israelí indicó que la recuperación de esos complejos podría tardar meses o incluso más, lo que representa un fuerte golpe al programa atómico iraní.

Escenarios abiertos

Mientras tanto, las conversaciones nucleares entre Irán y Occidente quedaron suspendidas, y todo indica que el conflicto podría extenderse y afectar seriamente los mercados globales de energía.

Israel reafirma que su ofensiva busca impedir que Irán adquiera capacidad nuclear. Irán, por su parte, insiste en que su programa tiene fines pacíficos, aunque acumula uranio enriquecido en niveles cercanos al uso militar desde hace años.

El futuro inmediato es incierto, pero todo indica que la región entra en una nueva fase de enfrentamiento directo entre dos potencias que llevan décadas de tensión.