
Este ciervo andino, que solo habita en Argentina y Chile, enfrenta un dramático retroceso poblacional. A pesar de los esfuerzos de conservación, su supervivencia pende de un hilo.
Una creciente preocupación se instala entre conservacionistas y expertos de la región andina: el huemul (Hippocamelus bisulcus), un ciervo nativo de la Patagonia y emblema nacional de Chile —incluso presente en su escudo—, está al borde de desaparecer.
Se estima que actualmente quedan entre 1.500 y 2.500 ejemplares en libertad, distribuidos en zonas montañosas de difícil acceso en el sur de Argentina y Chile. En nuestro país, habita principalmente en las provincias de Chubut, Río Negro y Santa Cruz. En Chile, se lo encuentra en Los Lagos, Aysén y Magallanes.

¿Cómo es el huemul?
El huemul es un ciervo de tamaño mediano, con un pelaje denso de color marrón que le permite soportar las bajas temperaturas patagónicas. Es herbívoro, se alimenta de hojas, pastos y brotes, y lleva una vida discreta: suele vivir solo o en pequeños grupos. Los machos desarrollan astas que renuevan cada año y utilizan para disputar el acceso a las hembras durante la temporada de apareamiento.
Las amenazas que lo ponen en jaque
La principal amenaza para esta especie es la pérdida y fragmentación de su hábitat causada por actividades humanas como la ganadería, la deforestación y los incendios. A esto se suman la caza furtiva, el acoso por perros domésticos y la competencia con especies invasoras, como el ciervo colorado y el jabalí.
Su aislamiento en zonas remotas dificulta su monitoreo y limita los esfuerzos de conservación, mientras que las poblaciones existentes están cada vez más fragmentadas y vulnerables.
¿Qué se está haciendo para salvarlo?
El huemul está catalogado como “En Peligro de Extinción” por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). En Argentina, fue declarado Monumento Natural Nacional, el máximo nivel de protección legal para una especie. En Chile, se aplican planes de manejo en áreas protegidas, aunque los expertos coinciden en que las medidas aún no son suficientes.
La clave para revertir la situación está en una acción coordinada entre gobiernos, ONG y comunidades locales, que permita frenar la pérdida del hábitat y reforzar las estrategias de reproducción y monitoreo.
Una luz de esperanza: nace un nuevo huemul en Chubut
A pesar del panorama crítico, un reciente nacimiento en el Parque Protegido Shoonem, en la localidad de Alto Río Senguer (Chubut), trajo una señal alentadora. Es el quinto ejemplar nacido bajo el programa de conservación impulsado por la Fundación Shoonem, en alianza con Fundación Temaikèn y la Dirección de Flora y Fauna Silvestre de Chubut.
Se calcula que en territorio argentino solo quedan entre 350 y 500 huemules, distribuidos a lo largo de la Cordillera de los Andes, desde Mendoza hasta el sur de Santa Cruz.
Este nuevo nacimiento no solo refuerza la esperanza de salvar a la especie, sino que también subraya la urgencia de redoblar esfuerzos para proteger a uno de los últimos íconos silvestres de la Patagonia.