Teo López Puccio, el influencer argentino que convierte la matemática en emoción y curiosidad

📚🎥 El joven docente y divulgador transforma conceptos complejos en experiencias fascinantes. En sus clases y redes sociales, propone una mirada humanista y apasionada de una ciencia muchas veces temida.

En un mundo donde muchos ven a la matemática como una pesadilla escolar, Teo López Puccio la convierte en una fuente de belleza, emoción y juego mental. Este joven argentino de 27 años, docente universitario y fenómeno en redes sociales, asegura: “La matemática no tiene que ser una tabla de multiplicar: tiene que emocionar”.

Durante una entrevista en Infobae en Vivo, López Puccio habló de su método de enseñanza, su formación y la misión que lo guía: despertar la curiosidad en un terreno muchas veces visto como frío o inaccesible. “Me interesó la matemática cuando entendí qué hacían realmente los matemáticos”, confesó.

Una forma distinta de enseñar (y sentir) la matemática

Hijo del músico Carlos López Puccio, histórico miembro de Les Luthiers, Teo creció rodeado de arte, pero eligió otro camino. Aunque no se sabía las tablas de memoria —lo admite sin pudor—, descubrió que lo suyo era el razonamiento lógico y abstracto: “Me enamoré de pensar”.

Hoy reparte su tiempo entre las aulas de la Universidad Torcuato Di Tella y la Universidad de San Andrés, y sus cada vez más populares videos en redes sociales. Allí, explica desde hiperboloides retráctiles con gomitas y varillas hasta la belleza de los números primos, todo con un estilo lúdico, accesible y visualmente creativo. Su objetivo no es dar fórmulas, sino provocar una chispa: “Quiero que alguien se pregunte: ‘¿Por qué esto le interesa a alguien?’”.

Ciencia, arte y humor: una mezcla irresistible

Uno de sus videos más virales muestra cómo construir un hiperboloide casero. Con tono irónico de infomercial, Teo lo presenta como si fuera un gadget de moda, para luego explicar su relación con la curvatura negativa y las variedades diferenciales. “Es un objeto de culto materializado en una superficie de revolución”, dice, entre risas y rigor matemático.

Para él, enseñar no es transmitir datos, sino abrir preguntas. “La matemática en la escuela muchas veces parece caer del cielo, como un truco de magia. Pero es profundamente humana. Nace de preguntarse: ‘¿Cómo funciona esto?’”.

De la música a los números

López Puccio dudó entre estudiar música o matemática. Se decidió por lo segundo al entender que, para profundizar en ella, necesitaba una formación estructurada. “La música podía seguirla por mi cuenta, pero la matemática requería universidad”, explicó.

Esa decisión lo llevó a descubrir que la matemática es una disciplina abierta, con problemas sin resolver desde hace mil años, como el caso de los números primos gemelos: ¿hay infinitos? Nadie lo sabe, pero se sigue buscando. “Mover un milímetro lo que la humanidad sabe es un privilegio”, reflexiona.

Pensar, por placer

Teo también cuestiona la idea del “matemático genio”. Para él, se trata más de una forma de pensar que de un talento sobrenatural. “No somos genios. Somos personas a las que nos gusta pensar. Como quien hace crucigramas o sudokus por diversión. Hay placer en eso”, dice. Y lo demuestra con cada contenido que sube a sus redes.

Además, defiende el valor del pensamiento abstracto sin utilidad inmediata. Cita al británico G.H. Hardy, que celebraba la matemática “inútil”, y recuerda cómo Alan Turing, desde preguntas teóricas, inventó la computación y cambió la historia. “Lo abstracto puede transformarse en lo útil de formas inesperadas. Es una sorpresa”, asegura.

El arte de dar clases

Como docente, tiene una misión clara: hacer que valga la pena aprender. “La clase es un acto de representación. El profesor debe mostrar que hay gente real haciéndose preguntas reales. Si al profe le gusta lo que enseña, se nota. El que aprende es el alumno, pero uno debe generar ese interés”.

Aunque no sabe exactamente quién es su público digital, sospecha que muchos de sus seguidores son estudiantes que encontraron en sus videos una manera distinta de acercarse a la matemática. “¿Cuántas veces viste a alguien hablar de matemática con entusiasmo? Bueno, existimos. Yo soy uno”.

En su cuenta de Instagram, Teo sigue combinando humor, arte, lógica y pedagogía. Desde reflexiones sobre Arquímedes hasta exploraciones geométricas, cada video es una invitación a descubrir que pensar puede ser un acto placentero. Y lo resume con una frase que lo define:
“La matemática funciona sí o sí. Y entender por qué funciona… es emocionante”.