🕊️ José “Pepe” Mujica, expresidente de Uruguay y una de las figuras políticas más emblemáticas de América Latina, falleció este lunes en su chacra de Rincón del Cerro, a las afueras de Montevideo. Tenía 89 años y luchaba desde hacía tiempo contra un cáncer de esófago que, en enero de este año, él mismo anunció que se había vuelto metastásico.
La noticia fue confirmada por el presidente uruguayo Yamandú Orsi con un emotivo mensaje en redes sociales:
“Con profundo dolor comunicamos que falleció nuestro compañero Pepe Mujica. Presidente, militante, referente y conductor. Te vamos a extrañar mucho, viejo querido. Gracias por todo lo que nos diste y por tu profundo amor por tu pueblo”.
Una despedida anunciada
En abril de 2024, Mujica sorprendió al convocar una conferencia de prensa para comunicar en persona que padecía cáncer. Tras someterse a 32 sesiones de radioterapia y una recuperación compleja con múltiples internaciones, el exmandatario volvió a hablar públicamente en enero de este año. En una entrevista con el semanario Búsqueda, fue contundente:
“Hasta acá llegué”.
Pidió que lo dejaran en paz, sin más entrevistas ni visitas, para transitar el tramo final de su vida en su chacra, entre su tractor, sus plantas y sus afectos. Aun así, hasta el final recibió en su casa a presidentes, periodistas, militantes y artistas. Participó incluso en actos públicos y en la apertura del nuevo Parlamento uruguayo.
El domingo anterior a su fallecimiento, día de elecciones departamentales, no pudo votar. “Está en una meseta, está a término”, dijo entonces su esposa y compañera de lucha, Lucía Topolansky. “Estoy hace más de 40 años con él y voy a estar hasta el final. Eso es lo que le prometí”.
Su último deseo fue claro: que sus restos sean enterrados en su chacra, junto a su querida perra Manuela, símbolo de su estilo austero y cercano.

Mujica, el guerrillero que llegó a la Presidencia
La vida de Mujica parece sacada de una novela. Nacido en 1935, fue criado por su madre tras la temprana muerte de su padre. En los años 60 se unió al Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, una organización guerrillera que buscaba un cambio radical en el país.
Fue herido de seis balazos, escapó de prisión varias veces y pasó 15 años preso, gran parte de ellos durante la dictadura militar (1973-1985). Vivió años en condiciones inhumanas, sin colchón ni ventilación, lo que le provocó graves problemas psicológicos. Sin embargo, fue en prisión donde empezó a leer, reflexionar y transformarse.
Al recuperar la democracia, Mujica se integró a la vida política formal. Fue electo senador, ministro de Ganadería y finalmente, en 2010, asumió la Presidencia. Su estilo directo, austero y filosófico conquistó al mundo. Llegaba al Parlamento en moto, vivía en su chacra, donaba gran parte de su salario y hablaba como lo hacía la gente.
Un legado único
Su presidencia (2010-2015) fue polémica y transformadora. Legalizó el matrimonio igualitario, la interrupción voluntaria del embarazo y la marihuana. Apostó a las energías renovables, fortaleció empresas públicas y promovió la educación técnica.
Mujica fue un símbolo: el presidente “más pobre del mundo”, el exguerrillero convertido en estadista, el orador que prefería hablar del amor, el perdón y la dignidad humana.
Tras dejar la presidencia, continuó activo como senador y referente político. Renunció a su banca en 2020 diciendo que se iba “porque el odio envejece”. Desde entonces, siguió marcando el pulso de la política uruguaya con sus apariciones públicas y reflexiones.

El último capítulo
Desde su chacra, Mujica fue testigo del regreso del Frente Amplio al poder en 2024. Vio por televisión la victoria de Yamandú Orsi, su heredero político, acompañado por Topolansky. Fue el cierre simbólico de un ciclo que comenzó hace más de medio siglo.
El periodista Leonardo Haberkorn escribió que Mujica cometió errores graves en su juventud, pero al final de su vida se convirtió en un “lúcido decodificador del clima político y de las ilusiones colectivas de sus compatriotas”.
Pepe Mujica ya es historia. Y su legado, sin duda, seguirá inspirando a generaciones dentro y fuera de Uruguay.