El escándalo por la fallida ley de “Ficha Limpia” detonó el conflicto. En la recta final de la campaña porteña, crecen las tensiones entre el Presidente y el exmandatario. El Gobierno ya apunta a un pacto con sectores del PRO, dejando a Macri fuera de la mesa.
La relación entre Javier Milei y Mauricio Macri llegó a su punto más crítico tras el frustrado tratamiento del proyecto “Ficha Limpia” en el Congreso. Lejos de recomponer lazos, el Gobierno dejó trascender que evalúa sellar un acuerdo en la provincia de Buenos Aires con dirigentes del PRO, pero sin contar con el ex presidente, a quien responsabilizan de sabotear el debate parlamentario.
En la previa de las elecciones en la Ciudad de Buenos Aires, la tensión escaló al máximo. El entorno presidencial —liderado por Karina Milei y Santiago Caputo— apunta a desmarcarse definitivamente de Macri. La decisión de convocar públicamente a Diego Santilli y mantener conversaciones con Cristian Ritondo fue interpretada como una jugada directa para desplazar al fundador del PRO de las negociaciones.

Macri, por su parte, siente que Milei lo traicionó: asegura que mientras le prometía gobernabilidad y respeto como socio político, su círculo más cercano se dedicaba a minar cualquier entendimiento. “No puedo creer lo poco que me conocés. La desilusión que tengo es infinita”, escribió el expresidente en redes sociales, acusando a Milei de tergiversar los hechos tras el rechazo a Ficha Limpia. El Presidente había sugerido que hubo un pacto entre Macri y Cristina Kirchner para frenar el proyecto, lo que en el PRO generó indignación.
Desde la cúpula macrista aseguran que fue el oficialismo el que montó una maniobra para voltear la ley: convocaron la sesión sin tener los votos necesarios y luego operaron en contra del proyecto en silencio. “Fue una operación política de alto vuelo”, reconoció una senadora que hasta minutos antes de la votación daba por hecho que sería aprobado.

La interna del PRO se recalienta. Algunos dirigentes bonaerenses que buscan un acuerdo con La Libertad Avanza coinciden en culpar a Macri por el fracaso de la sesión, con el objetivo de marginarlo de las conversaciones. “Pasó de ser el garante de la gobernabilidad a disputar listas legislativas y proyectos menores”, critican.
En ese contexto, el oficialismo nacional prepara una jugada final en las elecciones porteñas para dejar a Macri fuera del tablero. Las últimas encuestas muestran una paridad inesperada: Leandro Santoro lidera, seguido por Manuel Adorni (LLA) y Silvia Lospennato (PRO), aunque el orden entre los dos últimos varía según la medición. En el PRO temen que Horacio Rodríguez Larreta tenga una baja performance que lo deje más cerca de Adorni que de sus propios aliados, lo que sería un golpe simbólico para la marca amarilla.

Los cierres de campaña mostrarán la intensidad de la disputa: el PRO lo hará en Villa Pueyrredón, Santoro en la UBA y Adorni, junto a los hermanos Milei, en Plaza Mitre. La inflación de abril, que se anunciará el miércoles, podría ser usada por el oficialismo como mensaje de gestión en el final del tramo electoral.
La elección porteña podría marcar un hito: sería la primera vez desde 2007 que el PRO pierde en su bastión. También podría consolidarse como una de las pocas elecciones del año donde no se impone el oficialismo local. El ausentismo creciente en otras provincias, como Chaco, Jujuy y San Luis, es una señal de alarma.
En paralelo, el Gobierno celebra algunos triunfos, como el acuerdo con el radical Leandro Zdero en Chaco y la victoria en la capital de Salta. Sin embargo, también se reactivó la interna libertaria entre Karina Milei y Santiago Caputo. Según fuentes de Casa Rosada, el triunfo en Salta se debió a una estrategia directa del consultor, que eligió competir sin alianzas, a diferencia de lo que ocurrió en Chaco y San Luis.
Todo esto pone presión interna: ¿hasta cuándo Karina Milei permitirá las críticas a sus principales armadores políticos? En el Ejecutivo aseguran que, al menos en CABA, la estrategia fue consensuada, desde la candidatura de Adorni hasta la dura confrontación con el PRO.
El desenlace de las elecciones porteñas será clave. A partir del lunes, el foco se trasladará a la provincia de Buenos Aires, donde podría haber un nuevo intento de acuerdo. Pero con Macri cada vez más aislado, Ficha Limpia se convirtió en el detonante de un conflicto que podría marcar el quiebre definitivo en la relación entre el Presidente y su ex aliado político.