Hace solo unos días, el mundo católico vivió un momento histórico: la muerte del papa Francisco y la elección de un nuevo líder de la Iglesia. Tras el tradicional cónclave, el cardenal estadounidense Robert Francis Prevost fue elegido como el nuevo sumo pontífice, tomando el nombre de León XIV.
Fiel al legado de Jorge Mario Bergoglio, León XIV expresó su compromiso con la justicia social y la defensa de los más pobres. Sin embargo, además de las esperanzas y responsabilidades del cargo, también heredó un antiguo y delicado problema: el misterioso robo de una caja fuerte con documentos confidenciales del Vaticano, ocurrido en 2014 y nunca esclarecido.
El robo que aún sacude al Vaticano
El 30 de marzo de 2014, tres personas lograron burlar la seguridad de la Santa Sede. Desactivaron cámaras de vigilancia, evadieron a la Guardia Suiza y, utilizando un soplete, ingresaron a dependencias internas para robar una caja fuerte que contenía 22 carpetas con información altamente sensible. Según el medio La 100, los delincuentes simularon un robo menor llevándose una pequeña suma de dinero, pero el verdadero objetivo era esa documentación clasificada.
A más de diez años del incidente, el contenido exacto de esos archivos sigue siendo un misterio. No obstante, abundan las especulaciones: entre las posibles revelaciones estarían documentos vinculados a la desaparición de Emanuela Orlandi, archivos de la Logia masónica P-2, correspondencia comprometedora entre funcionarios del Banco Vaticano y registros sobre gastos políticos del pontificado de Juan Pablo II.
Una investigación sin respuestas
El papa Francisco creó en 2013 la Comisión COSEA, destinada a auditar las finanzas del Vaticano. Esta comisión investigó el robo, pero nunca presentó conclusiones públicas. A día de hoy, se desconoce si hubo avances reales o si el caso quedó sepultado bajo el peso del secretismo que aún caracteriza a muchos asuntos internos de la Santa Sede.
Este escándalo dormido podría revivir en cualquier momento y complicar el pontificado de León XIV, quien —aunque no estuvo vinculado al Vaticano en 2014— podría quedar expuesto si parte del contenido robado saliera a la luz.
El nuevo papa: continuidad y contrastes
Mientras tanto, el nuevo pontífice ya comienza a marcar su estilo. En su ceremonia de asunción, rechazó el tradicional calzado papal rojo, al igual que su antecesor, optando por sus propios zapatos. Sin embargo, a diferencia de Francisco, sí habría aceptado recibir el salario correspondiente al cargo, lo que marca un matiz en su visión sobre el papado.
León XIV asume el trono de San Pedro en un contexto de desafíos internos y externos. Entre ellos, una incógnita que lleva más de una década sin respuesta y que podría convertirse en una bomba de tiempo: ¿Qué secretos esconde la caja fuerte robada? ¿Y qué consecuencias podría tener su contenido para el futuro de la Iglesia?