Desde que Jorge Mario Bergoglio fue elegido como Sumo Pontífice de la Iglesia Católica se documentaron varios momentos en que rompió los protocolos establecidos para los pontífices. Algunas ocasiones, el Papa argentino dejó a un lado las reglas del Vaticano para acercarse a los fieles católicos y otras para consolar o ayudar a quien lo necesitaba.
Consciente de la importancia de los medios y de que las imágenes muchas veces dicen más que mil palabras, Francisco impactó desde el principio por sus gestos. Como cuando abrazó a un hombre deformado por una enfermedad en la Plaza de San Pedro o cuando, como hacía en Buenos Aires, en su primer jueves santo fue a una cárcel de menores y les lavó los pies a los presos, incluyendo mujeres o musulmanes, lo que sorprendió al mundo.
Muy querido también por no católicos, intelectuales y estudiantes universitarios, que admiraban su apertura y su aguda inteligencia jesuita, Francisco fue, en contraste, aborrecido por los sectores católicos ultraconservadores. Con una visión blanco y negro de la realidad, estos se oponían a su concepción de la Iglesia como un “hospital de campaña”, llamado a sanar las heridas del mundo actual y a acoger a todos sin excepción: divorciados vueltos a casar, personas LGBTQ+, migrantes, presos. “Todos, todos, todos”, solía repetir en sus últimos años.
Desde el primer momento, estos sectores no pudieron digerir su modo de ser distinto, descontracturado, acorde a la Iglesia de los orígenes y al Evangelio.
El papamovil
Francisco contó decidió cambiar su vehículo a uno que lo permita estar en contacto con la gente que iba a visitarlo. “El viaje a Brasil que tenían todo preparado, y fui a ver lo que tenían y era un papa móvil, cerrado, con vidrio, yo no voy a saludar a un pueblo, decirle que no quiero, dentro de una lata de sardinas”, explicó en una entrevista.
Reverencia a la reina de Jordania
El 29 de agosto de 2013, el Papa Francisco conoció a la reina de Jordania, aunque quien hizo una reverencia. El acto nunca se había visto por parte de ningún líder de la Iglesia Católica.
El protocolo del Vaticano indicaba que si un Jefe de Estado visitaba al pontífice con su cónyuge, sin estar casados por la Iglesia Católica, el cónyuge no podría ser admitido en una audiencia privada. Sin embargo, después de la visita del expresidente Colombiano Juan Manuel Santos, y a su esposa, quienes no pudieron ingresar debido a que no estaban casados, el Papa Francisco cambió esta norma.
Confesión en público
Aunque el nombramiento como Sumo Pontífice de la Iglesia Católica le da un estatus libre de pecados, el 29 de mayo de 2015 se confesó públicamente.
El Papa toma un mate
Más de una vez el Papa fue interceptado por algún argentino que llevó su mate y le convidó, a lo que el religioso no se pudo negar y rompiendo todo protocolo paró su vehículo para tomarlo. En ocasiones incluso bajó a saludar y pidió a los fieles un “chipa” (comida popular en el suelo argentino).
La bendición del papa Francisco a las transexuales
En enero de 2023, cuando una persona transgénero se le acercó para preguntarle si tenía un lugar en el cielo, Francisco le dio un abrazo. Para muchas personas, esta fue una respuesta clara.
Lava pies a mujeres presas
Haciendo énfasis en la humildad y humanidad, el Papa Francisco lavó los pies a doce mujeres presas en una cárcel de Roma. Es decir, cambió las normas eclesiásticas para incluir a las mujeres en esta ceremonia, también lo hizo con musulmanes.