DUEÑO DE REPUESTERA Y UN JOVEN SUFRIERON ASALTOS A MANO ARMADA

El empresario fue agredido junto a un sereno en su casa del barrio Molina Punta. En tanto, a un joven atacaron motochorros delante de un kiosco.

Dos asaltos a mano armada fueron sufridos por el dueño de una reconocida repuestera y un joven, en distintos barrios de la ciudad de Corrientes. Los malvivientes consumaron “a medias” sus objetivos, porque no hallaron dinero buscado en la vivienda del empresario y porque al muchacho, amenazado delante de un kiosco, no pudieron robarle la moto.

El primero de los casos que salieron a la luz en las últimas horas tuvo como víctima al propietario de una importante firma comercial, en su domicilio del barrio Molina Punta.

Al menos tres delincuentes con armas de fuego irrumpieron en su domicilio donde fue reducido junto a un sereno a quien golpearon de un “culatazo” en la cabeza.

Durante alrededor de 20 minutos la banda estuvo en el interior del inmueble de la calle Santo Tomé, a pocos metro de la playa.

Una hipótesis indica que no se trató de un atraco al voleo, sino producto de una planificación basada, posiblemente, a partir de un “dato erróneo”.

El grupo de malhechores pretendía apoderarse de una considerable suma de dinero inexistente. La caja de seguridad del empresario fue revisada y solamente hallaron una chequera.

Antes de escapar, tras inmovilizar a los dos hombres, sustrajeron un teléfono celular y una billetera con tarjetas de crédito. Nada más.

La denuncia fue asentada en la comisaría seccional Decimoséptima e intervienen en el caso distintas áreas de investigaciones.

La Unidad Fiscal de Investigaciones Concretas a cargo de Raúl Pasetto dio inicio a un proceso judicial por el delito caratulado como “robo doblemente calificado por efracciones y uso de armas de fuego”.

Por otra parte, un muchacho de 23 años vivió segundos de pánico cuando dos motochorros lo asaltaron en la esquina de avenida Cuarto Centenario y Taragüí del barrio Juan XXIII.

El joven terminaba de comprar en un kiosco cuando fue amenazado a punta de revólver. Uno de los delincuentes decidió perseguirlo en procura de sacarle las llaves de una moto a la cual, luego, robaron empujándola.

Pero el delito fue desbaratado por la propia víctima y un ocasional transeúnte que decidió ayudarlo. A dos cuadras lograron hacer que la pareja de motochorros abandone la moto sustraída.

Sobre este último delito, época accedió registros de cámaras de seguridad.