Guiomar Sakamoto, madre de un niño con autismo y colaboradora de la Fundación TEAmo Corrientes, en diálogo con Sudamericana, reflexionó sobre la importancia de la visibilización y el apoyo a las familias.
Cada 2 de abril, el mundo se tiñe de azul en el marco del Día Mundial de la Concienciación sobre el Autismo, una fecha establecida por la ONU para visibilizar el Trastorno del Espectro Autista (TEA) y promover la inclusión. En Argentina, se estima que uno de cada 36 niños recibe un diagnóstico de TEA, un número que se ha quintuplicado en los últimos 20 o 30 años.
Guiomar Sakamoto, madre de un niño con autismo y colaboradora de la Fundación TEAmo Corrientes, compartió su experiencia a Sudamericana y puso énfasis en la importancia de hablar sobre el tema más allá de una fecha en el calendario. “Estas fechas son importantes porque permiten visibilizar y hablar de temas que generalmente no se abordan, como el autismo”, afirma. Sin embargo, advierte: “Lo interesante sería que estuviera presente en la agenda pública más allá del 2 de abril”.
Guiomar recordó el momento en que comenzaron a notar signos en su hijo, quien hoy tiene siete años. “En nuestro caso, fue su papá quien primero se dio cuenta, cuando el nene tenía alrededor de dos años. Me decía: ‘Este nene no tiene algo, porque lo llamás y no responde’”, relató.
Ese fue el primer indicio de que algo no era del todo común en su desarrollo. Con el tiempo, otras señales fueron apareciendo hasta que, a los tres años, recibieron el diagnóstico de autismo. Desde entonces, la familia comenzó a transitar un camino de aprendizaje, terapias y adaptación a nuevas formas de comunicación y socialización.
El autismo es un espectro amplio, lo que significa que las experiencias de cada persona pueden ser muy diferentes. “Ya no se habla tanto de grados de autismo, sino de necesidades de apoyo”, explica Guiomar. Algunas personas con TEA desarrollan habilidades comunicativas, mientras que otras pueden tener dificultades severas en el habla o la interacción social.
Además, muchas veces el autismo se presenta junto con otras condiciones, como dificultades motoras o sensoriales. “Mi hijo ahora puede hablar, no con oraciones completas, pero sí se comunica. También usa pictogramas como apoyo”, contó Guiomar.
El rol de las familias
Para muchas familias, el diagnóstico de autismo puede ser un momento abrumador. En ese contexto, contar con redes de apoyo es fundamental. La Fundación TEAmo Corrientes nació justamente de la necesidad de acompañar a adolescentes y adultos con TEA, aunque también brinda contención a familias con niños pequeños.
Guiomar destacó la importancia de estos espacios: “Nosotros no somos terapeutas, pero sí somos familias que atravesamos lo mismo y podemos compartir experiencias. El apoyo entre padres es fundamental para no sentirse solos en este camino”.