Con más de 570 drones y 40 misiles, Moscú lanzó uno de los mayores bombardeos del año. En paralelo, Putin puso sobre la mesa las exigencias para avanzar hacia un acuerdo con Kiev.
KIEV.– Rusia ejecutó durante la madrugada del jueves uno de los ataques aéreos más masivos de 2025 contra Ucrania: 574 drones y 40 misiles impactaron principalmente en regiones del oeste, donde se concentra el almacenamiento de ayuda militar enviada por Occidente. Al menos una persona murió y 15 resultaron heridas, según las autoridades ucranianas.
El presidente Volodimir Zelensky calificó la ofensiva como una señal de que Moscú “no muestra voluntad real de negociar”. En la ciudad de Lviv, los bombardeos dañaron 26 edificios residenciales, un jardín de infantes y oficinas públicas.
La escalada ocurre mientras crecen las especulaciones sobre una posible reunión entre Zelensky y Vladimir Putin, la primera desde el inicio de la invasión en 2022. Sin embargo, las condiciones que plantean ambos gobiernos parecen distantes.
Las exigencias de Putin
De acuerdo con fuentes cercanas al Kremlin citadas por Reuters, Moscú pide que Ucrania:
- Ceda todo el Donbass.
- Renuncie a ingresar a la OTAN.
- Mantenga la neutralidad y evite la presencia de tropas extranjeras en su territorio.
Putin estaría dispuesto a congelar las líneas de frente en Zaporiyia y Jersón, pero exige la retirada total ucraniana del Donbass. En compensación, Rusia devolvería pequeñas áreas ocupadas en Járkov, Sumy y Dnipropetrovsk.
El ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, sumó otra condición: resolver la “legitimidad” de Zelensky, cuyo mandato formal expiró en mayo de 2024. Kiev responde que sigue siendo el presidente legítimo mientras dure la guerra.
El rol de Occidente
Estados Unidos y Europa discuten posibles garantías de seguridad para Ucrania, similares al artículo 5 de la OTAN, que contempla defensa conjunta en caso de ataque. También se barajan despliegues militares limitados.
Mientras tanto, Zelensky advirtió que Rusia concentra tropas en la región ocupada de Zaporiyia, en el sur, lo que podría anticipar una nueva ofensiva terrestre.
