
Una semana después de su fallecimiento, se conoció que el ícono de la lucha libre murió a causa de un infarto y padecía una forma de cáncer que no había sido revelada públicamente.
Hulk Hogan, leyenda de la lucha libre mundial, falleció el pasado 24 de julio a los 71 años a raíz de un infarto agudo de miocardio, según confirmaron registros del Centro de Ciencias Forenses del Condado de Pinellas y difundidos por Page Six.
Además, el informe reveló que el exluchador, cuyo nombre real era Terry Gene Bollea, padecía leucemia linfocítica crónica, un tipo de cáncer en la sangre que no había sido informado públicamente hasta ahora. También se le diagnosticó fibrilación auricular, una afección cardíaca que puede aumentar el riesgo de eventos graves como el que sufrió.
La mañana de su muerte, Hogan fue encontrado inconsciente en su hogar de Clearwater, Florida. Fue trasladado al hospital Morton Plant, donde murió a las 11:17 a. m. Las autoridades descartaron cualquier indicio de violencia o situación sospechosa.
Su esposa, Sky Hogan, publicó una emotiva despedida:
“No estaba preparada para esto. Había estado luchando contra varios problemas de salud, pero pensé que aún teníamos tiempo. Siempre creyó en su fuerza, y yo también.”
También su hija, Brooke Hogan, se pronunció tras un largo silencio. Confesó que su relación con él se había distanciado en los últimos años:
“Pasamos por casi 25 cirugías juntos, y de repente me alejó. Era como si algo en él se hubiese roto por dentro.”
Hogan fue una de las figuras más icónicas de la WWE. Participó en ocho ediciones principales de WrestleMania, fue seis veces campeón mundial, y también tuvo una reconocida carrera como actor y estrella de realities. Su partida marca el fin de una era para los fanáticos del wrestling en todo el mundo.