Tras una serie de malos resultados, el presidente xeneize dio un giro inesperado: elimina el Consejo de Fútbol y suma un mánager. Qué pasará con Cascini, Serna y Delgado.
El clima caliente en Boca terminó con una decisión drástica: Juan Román Riquelme disolvió el Consejo de Fútbol, su emblema de gestión, y se prepara para incorporar un mánager que redefina el rumbo deportivo del club.
La noticia fue confirmada por el entorno del presidente luego de la caída ante Huracán. Ese mismo día, Riquelme se reunió con Mauricio Serna, Raúl Cascini y Marcelo Delgado, sus asesores más cercanos, y les comunicó el cambio de estrategia.
La medida no es simbólica: Serna y Cascini dejarán definitivamente sus cargos y no serán reubicados en el club. Delgado, por su parte, continuará cerca de Román pero con menor protagonismo.
La decisión responde a la necesidad de dar un golpe de timón. El equipo viene de perder cuatro de cinco competencias en el año y no logra encaminarse futbolísticamente, pese a los refuerzos. Además, el Consejo estaba cuestionado por su influencia en el vestuario y los mercados de pases.
Entre los nombres que suenan para ocupar el nuevo rol de mánager aparecen el Mono Navarro Montoya, el Beto Márcico y José Pekerman, aunque no se descarta una sorpresa.
Según trascendió, el propio Cascini habría ofrecido su salida si eso ayudaba al club. La interna con algunos jugadores y la falta de resolución sobre casos puntuales también empujaron el cambio.
El nuevo mánager podría tener más autonomía en las decisiones del día a día y ser clave en futuras negociaciones, además de suavizar el vínculo con el plantel y el cuerpo técnico.
La eliminación frente a Atlético Tucumán y la derrota con Huracán fueron la gota que colmó el vaso. Ahora, Riquelme apuesta por reconstruir. Desde cero, pero con el mismo objetivo: volver a ganar.