La enfermera fue condenada a prisión perpetua por el asesinato de cinco bebés y el intento de homicidio de otros ocho. Una investigación interna del Hospital Neonatal reveló indicios clave que la señalaron como principal sospechosa.
CÓRDOBA.— La historia más oscura del Hospital Neonatal salió a la luz en junio de 2022, cuando comenzaron a aparecer muertes y descompensaciones de recién nacidos sin explicación médica aparente. En medio del desconcierto y el horror, el nombre de Brenda Agüero, enfermera de Obstetricia, emergió como un común denominador. Dos años después, la Justicia la condenó a prisión perpetua por el asesinato de cinco bebés y el intento de homicidio de otros ocho.
La alerta se encendió oficialmente el 6 de junio de 2022, día en el que murieron dos bebés, Melody y Angeline, y otros dos sufrieron descompensaciones graves. Fue tal el desconcierto, que los médicos se negaron a firmar los certificados de defunción. Esos casos fueron los únicos con autopsias realizadas, que revelaron hiperpotasemia, niveles de potasio incompatibles con la vida.
Ante la gravedad de los hechos, el entonces ministro de Salud, Diego Cardozo, ordenó una investigación. En paralelo, dentro del hospital ya se hacían averiguaciones. Las doctoras Marcela Yanover y Genoveva Ávila, funcionarias del Ministerio, entrevistaron al personal y recopilaron información clave. Ya entonces, los rumores internos y los registros apuntaban a Agüero.
El giro de la investigación
Los investigadores comenzaron a tachar hipótesis: no fue mala praxis, ni picaduras de insectos, ni reacciones a la vitamina K. ¿Quiénes habían estado presentes en todos los episodios? La respuesta fue contundente: Brenda Agüero.
La enfermera estuvo en los 13 episodios fatales, a veces incluso sin estar asignada, “ayudando” a otras compañeras. Tenía acceso directo a las madres recién paridas y a los bebés, en un contexto de pandemia donde el personal era limitado y las visitas restringidas.
En una reunión del 8 de junio, la entonces directora del hospital, Liliana Asís, ya admitía internamente las sospechas. Agüero fue mencionada como alguien que “estuvo presente en todos los hechos, directa o indirectamente”. Su nombre, sin embargo, fue omitido en el informe inicial que se preparó para el Ministerio. Aun así, se ordenó licenciarla, y desde ese momento cesaron las muertes inexplicables.

¿Por qué se convirtió en la principal sospechosa?
La reconstrucción judicial y administrativa reveló cinco elementos contundentes:
- Presencia en todos los casos: Las planillas de servicio y los registros biométricos confirmaron que Agüero trabajó en todos los días en los que ocurrieron los episodios.
- Contacto directo con los bebés: Madres y familiares la vieron manipular a los recién nacidos. Su rol no implicaba cuidados directos a los bebés, pero tenía acceso a ellos.
- Reacciones al contacto: En muchos casos, los bebés lloraban apenas ella los tocaba, justo antes de descompensarse.
- Conductas sospechosas: En una historia clínica, anticipó síntomas que el bebé aún no había presentado. El juez lo calificó como un intento de “fabricar una coartada”.
- Ropa manchada y pinchazos: Varios recién nacidos presentaban marcas de pinchazos y manchas de sangre. Algunas madres declararon que les cambiaron la ropa sin explicación.

La denuncia que nunca llegó… y la que sí
Aunque el Ministerio de Salud preparó una denuncia penal el 28 de junio de 2022, con detalles sobre los “episodios sospechosos”, nunca se presentó. Finalmente, la denuncia que activó la causa fue realizada por el ingeniero Francisco Luperi, esposo de una médica sin conexión directa con los hechos.
El 4 de agosto, Agüero fue oficialmente apartada del hospital y el 19 de agosto, detenida en su casa de Río Ceballos por orden judicial.
La condena y el cierre de un caso estremecedor
Tras un juicio cargado de testimonios e informes técnicos, Brenda Agüero fue condenada a prisión perpetua. Junto a ella, también recibieron penas condicionales varios exfuncionarios y profesionales del hospital, entre ellos la exdirectora Liliana Asís, por su rol en el encubrimiento y falta de acción.
El caso del Hospital Neonatal de Córdoba dejó al descubierto fallas institucionales, negligencia en los controles y, por sobre todo, una historia que conmocionó al país por su crueldad, impacto y complejidad. Una tragedia que nadie supo —o quiso— frenar a tiempo.