La mediática salió visiblemente molesta de la fiscalía porteña, acompañada por su letrado, y lanzó munición pesada contra su ex.
El enojo de Wanda Nara al abandonar la sede judicial de la calle Beruti se percibía a simple vista. Con el rostro parcialmente cubierto por unos anteojos oscuros -a pesar del cielo encapotado- la empresaria dejó en claro que algo no le cerraba. Y el motivo era concreto: Mauro Icardi, padre de sus dos hijas menores, no se hizo presente en la audiencia prevista.
En un intento de mantener la compostura frente a los micrófonos, Wanda esbozó una sonrisa forzada y sentenció: “No voy a hablar”. No obstante, luego reconoció su incertidumbre sobre el futuro del proceso: “No sé cómo sigue la causa”, dijo, en referencia a la revinculación de las niñas con su expareja.
Pero la verdadera descarga vino después: “Yo me voy a seguir presentando”, aseguró, con tono firme. Y deslizó una indirecta cargada de ironía hacia el delantero del Galatasaray: “Y cuando no me presento, aviso por qué”. Icardi, por su parte, optó por no asistir y delegó su representación en su abogada, Lara Piro.